Creemos que la gente tiene lo que se merece. La Teoría del Mundo Justo.

La Falacia del Mundo Justo. Melvin Lerner, 1929. Fragmento de The Book of Psychology. DK Publishing, 2012.

Feliz día del Psicólogo.

La gente quiere creer que vive en un mundo seguro, estable y ordenado.

Donde las cosas malas solo le ocurren a las personas que hacen cosas malas, y las cosas buenas a las personas que hacen cosas buenas.

Esto crea una culpa a las víctimas del infortunio para proteger su mente de sentirse vulnerables.

La gente obra asumiendo que la gente tiene lo que se merece y se merece lo que tienen.

Campo de estudio: Teoría de la Atribución.

Nos sentimos más cómodos cuando sentimos que tenemos el control sobre nuestras vidas. Necesitamos creer que vivimos en un mundo donde los buenos serán recompensados y los malos serán castigados, y esto contribuye significativamente a nuestro sentido de que podemos predecir, guiar y finalmente controlar los sucesos que ocurren. Esta «Hipótesis del Mundo Justo» es una tendencia a creer que «la gente tiene lo que se merece». De acuerdo a Melvin Lerner, ésta es una equivocación peligrosa que sitúa con excesiva importancia los supuestos rasgos de carácter de las personas involucradas en una situación en vez de los hechos concretos de la situación.

Si alguien sufre o es castigado, se nos facilita creer que aquella persona debió haber hecho algo para merecerse ese trato. La teoría del Mundo Justo se convierte una racionalización confortante para calificar situaciones inexplicables; para entonces evitar pensar que el mundo parezca caótico o aleatorio. También hace que las personas crean que mientras sean «buenas», solo cosas «buenas» les sucederá, generando un falso sentido de seguridad y control.

En su libro, The Belief in a Just World (La Creencia de un Mundo Justo), Lerner argumentaba que si le pedíamos a los niños que «sean buenos» y les prometemos que a cambio de suprimir efectivamente sus impulsos naturales y deseos, serán recompensados en el futuro. Para que este contrato se cumpla, debemos vivir en un Mundo Justo; y es así como los niños se vuelven adultos con este pensamiento bien firme en sus mentes.

La Culpabilización de la Víctima
En un estudio de 1965, Lerner encontró que unos estudiantes a los que se les comentó que uno de sus compañeros había ganado la lotería, racionalizaron este hecho creyendo que el ganador debió haber trabajado más duro que sus compañeros. Esto indica que la creencia en un Mundo Justo le permite ajustar a la gente los hechos a la situación.

Esto puede ser especialmente perjudicial cuando se aplica a la forma en la que podemos pensar de las víctimas de un crimen o abuso. En el caso de violaciones, por ejemplo, continuamente se sugiere que la mujer víctima «se lo estaba buscando» por su manera de vestir o por comportarse de manera provocativa, absolviendo efectivamente al perpetrador de la responsabilidad, y adjudicándosela directamente a la víctima. Al culpar a la víctima, las personas ajenas a los hechos también están protegiendo su propio sentido de la seguridad.

Lerner puso énfasis, adicionalmente, de que la creencia en un Mundo Justo no siempre nos lleva a culpar a víctimas. La aparente inocencia, el atractivo, el status, el grado de semejanza de la víctima con las personas que la atienden, puede afectar que se haga o no responsable del determinado infortunio.

Las hipótesis de Lerner se volvieron fundamentos en importantes investigaciónes en el campo de la justicia social. También encendío el debate sobre los efectos de adoptar el punto de vista del Mundo Justo: ¿Ayuda este pensamiento a soportar las dificultades? Puede que al contrario esto estimule la sensación de que cualquier hecho indebido, por poco que sea o por poca intención que tenga, nos conduce al desastre—una creencia que el psicólogo australiano Dorothy Row ha sugerido que puede conducirnos a una alta susceptibilidad de depresión.

Notas sobre el Contexto Histórico del Estudio del Mundo Justo

Sucesos anteriores al estudio:

1958. El psicólogo austriaco Fritz Heider investiga el proceso de atribución, o como las personas juzgan los factores que afectan las situaciones.

1965. Los psicólogos americanos Edward E. Jones y Keith Davis postulan que el objetivo de la atribución es descubrir como el comportamiento y la intención nos revelan la naturaleza básica de un individuo.

Sucesos posteriores al estudio:

1971. El sociólogo estadounidense William J. Ryan acuña el concepto de «Culpabilización de la Víctima», exponiendo como se utiliza para justificar el racismo y la injusticia social.

1975. Investigaciones formales que siguieron el estudio del Mundo Justo, por parte de los psicólogos americanos Zick Rubin y Letitia Peplau, descubren que los firmes creyentes en el «Mundo Justo», tienden a ser más autoritarios, más religiosos y a tener más admiración de las instituciones sociales y políticas existentes en aquella época.

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